Róbame todos
los besos que puedas
de estos labios dormidos
que siempre te sueñan.
Quédate todos
mis abrazos despistados,
mis caricias insomnes,
mis silencios callados.
Te regalo todos
los lunares que encuentres,
mi cintura donde estrecha,
las arrugas de mi frente.
Llévame entero
y no me devuelvas,
aunque a veces me rompa,
aunque lo intente
y no mienta.