Para mí la primavera llego en noviembre.
Con los amarillos, ocres y marrones.
Con las hojas caídas y el viento frío,
ese que te hace pequeño de tanto encogerte.
Para mí la primavera llegó en noviembre.
Con chaqueta granate y ojos azules.
Con su alegría festiva de amor y trabajo,
ese en el que por fin podría sentarse.
Y desde aquel dulce noviembre
las flores crecen sobre la nieve y la tierra seca.
Sobre el mar y el cielo que le gustaría surcar sin descanso.
Sobre horizontes lejanos que llenamos de sonrisas
y miradas que tiemblan cuajadas de vida.
Para mí siempre será noviembre
y guardaré tu primavera en mi pecho.